El falafel es una comida típica de Oriente Medio que se elabora a partir de garbanzos. Para empezar, debemos dejar los garbanzos en agua durante una noche, para que se ablanden. Una vez están listos, los escurrimos y los ponemos en el procesador de alimentos, junto con la cebolla y los dientes de ajo picados. Añadimos el comino, el perejil y el cilantro y mezclamos todo hasta que quede una pasta fina. En cuanto a la berenjena y los pimientos, los cortamos en cubos pequeños y los mezclamos con el falafel. Por último, añadimos el bicarbonato de sodio y mezclamos todo muy bien. Dejamos reposar la mezcla durante media hora en la nevera.
Después, debemos freír el falafel. Para ello, calentamos el aceite de oliva en una sartén. A continuación, cogemos una pequeña cantidad de la mezcla de falafel y la hacemos bola. Repetimos este proceso con todo la mezcla y las freímos en la sartén hasta que estén doradas por ambos lados. Las sacamos de la sartén y las dejamos reposar en papel de cocina para que absorba el aceite.
Ahora que ya tenemos el falafel frito, debemos montar la pita. Para ello, abrimos la pita y la rellenamos con los falafel, la berenjena y los pimientos verdes. Por encima ponemos el queso de cabra rallado y un chorrito de aceite de oliva. Si deseas, puedes añadir alguna salsa de tu elección, como salsa de yogur o de tahini.
Por último, cerramos la pita y la metemos en la tostadora durante unos minutos para que el queso se funda y la pita esté crujiente.
La pita rellena de falafel frito y queso de cabra es una opción deliciosa para disfrutar de la comida típica de Oriente Medio. La mezcla del falafel con la berenjena y los pimientos verdes es una combinación perfecta que se realza aún más con el queso de cabra. Además, la pita tostada le da un toque extra de sabor y textura. ¡Buen provecho!