Para hacer el falafel casero, remoja los garbanzos durante toda la noche y escúrrelos. Coloca los garbanzos remojados en un procesador de alimentos y pícalos hasta que se conviertan en una pasta gruesa. Agrega el ajo, la cebolla, el pan rallado, el perejil, el cilantro, el comino y la sal y mezcla todo bien hasta que se combine bien.
Forma bolas de la mezcla de falafel del tamaño de una nuez. Luego, aplanará ligeramente las bolas para darles forma de disco. Esto facilitará el proceso de freír. En una sartén grande, caliente suficiente aceite de girasol o de oliva para freír los falafels. Una vez caliente, agrega los falafels y fríelos hasta que estén dorados por ambos lados.
Antes de hacer la pita crujiente, precalienta el horno a 180 grados. Luego, coloca los cuatro panes de pita en una bandeja para hornear y ponlos en el horno precalentado durante 8 a 10 minutos. Cuando los panes estén listos, sácalos del horno y deja que se enfríen un poco.
Corta los tomates, el pepino y la cebolla en rodajas finas. Lava la lechuga y reserva una taza para la pita. Pon todo lo demás en un tazón grande y mezcla bien. Agrega sal y pimienta al gusto.
Una vez que se hayan enfriado un poco los panes, córtalos por la mitad. Agrega los falafels a cada una de las mitades y luego agrega la mezcla de verduras frescas. Agrega una cucharada de yogur griego y coloca la otra mitad del pan encima de la mezcla. Sirve y disfruta de la pita crujiente con verduras frescas y falafel casero.
Esta pita crujiente es una opción deliciosa y saludable que se puede disfrutar en cualquier época del año. Con su textura crujiente y su relleno de verduras frescas y falafel casero, es una excelente opción para un almuerzo rápido o una cena ligera. La preparación de los falafels puede llevar algo de tiempo, pero definitivamente vale la pena. Atrévete a probar esta deliciosa receta en casa y experimenta con diferentes ingredientes para encontrar tu combinación perfecta.